Arquigados y/o Abotectos

Hace años tuve la oportunidad de participar en el concurso Cifras y Letras presentado por Elisenda Roca. El concurso consistía en, por una parte, realizar la palabra más larga a partir de un determinado número de letras y por otro, conseguir el número exacto, realizando operaciones matemáticas, a partir de un determinado número de cifras. No sé cual de las dos pruebas es más complicada, lo que tengo claro es que son procesos muy diferentes con conclusiones muy similares, es decir, un resultado, a base de letras o de cifras.

Haciendo un paralelismo con el día a día de la profesión, cuando por ejemplo, el propietario de un inmueble detecta un defecto constructivo en su vivienda, o un vecino observa una incongruencia urbanística en su municipio, se plantea una duda razonable. ¿Qué hago llamo a un abogado o a un arquitecto?. Mi opinión es la siguiente: Los arquitectos tenemos la capacidad de analizar el problema con objetividad y distancia. Utilizamos argumentos técnicos para valorar y por ende plantear solución, más allá de considerar otro tipo de intereses.  Los abogados defienden por encima de todo los intereses de quienes les contratan, tratan las cuestiones técnicas como herramientas para fundamentar argumentos jurídicos que ofrezcan la mejor defensa a su cliente, que en la mayoría de los casos pasa por la reclamación de una compensación económica a la parte contraria.

Es curioso, en un proceso de reclamación, los arquitectos ponemos las cifras y los abogados ponen las letras. En este mundillo, entre arquigados (arquitectos con ciertos conocimientos jurídicos) y abotectos (abogados con ciertos conocimientos técnicos) el concurso de Elisenda Roca debería consistir en proponer la cifra más larga con la palabra más exacta.


Dedicado a Gemma Camarero & Alex Fernández. Abotecta & Abotecto